Un buen cepillado se realiza con un cepillo de cerdas suaves, que no tenga más de 3 meses de antigüedad,
a lo máximo 4. Eso quiere decir, que usted debe cambiar su cepillo cada 3 o 4 meses. Usar pasta con flúor.

El cepillado debe ser suave, poniendo especial cuidado en cepillar todas y cada una de las caras de los dientes: hacia arriba, hacia abajo, la parte delantera, la parte trasera, y los laterales.

Ponga empeño en llevar el cepillo a aquellos lugares de difícil acceso, como donde se alojan las muelas de
juicio, la parte de atrás de las muelas de arriba, etcétera. Recuerde cepillar bien las zonas que tengan arreglos, tales como coronas, puentes, o implantes.

Los movimientos deben ser verticales, de arriba a abajo y de abajo a arriba, cubriendo los dientes, la
encía y la unión entre ambos. También se deben cepillar cuidadosamente las encías (delicadamente) y la lengua, a fin de quitar las bacterias y dar un buen aliento a la boca.

Cuando termine enjuáguese la boca con abundante agua fría. El cepillado adecuado lleva al menos dos minutos y debe realizarse 2 veces al día. Es muy importante especialmente antes de acostarse, así que por más duro y agotador que haya sido su día, no olvide este punto esencial de la higiene bucal, le evitará cientos de dolores de cabeza posteriores.